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Zu Beginn der achtziger Jahre habe ich meine Karriere als Charango-Solist begonnen. Während dieser Jahre hatte ich Kurse an der Folkloreschule José María Arguedas in Lima belegt, wo ich das Glück hatte, bei zwei Virtuosen der Musik Ayacuchos zu lernen: dem Charango-Spieler Jaime Guardia und Dr. Raúl García Zárate, ohne Zweifel der andine Gitarrist mit dem bedeutendsten Lebenslauf.
Aufgrund einer meiner Generation eigenen und politischen Affinität erlebte ich die Bewegung der Nueva Canción Ayacuchana aus nächster Nähe, eine nicht institutionelle musikalische Bewegung, die in diesen Jahren in Peru als Antwort auf Gruppen entstanden war, die chilenische Gruppen wie Quillapayún oder Inti Illimani imitierten. Trotz dieser Nähe – vor allem zu einigen der Hauptvertreter der besagten Bewegung wie dem Duo José María Arguedas der Brüder Walter und Julio Humala, dem Gitarristen Manuelcha Prado, der Sängerin Martina Portocarrero und dem Komponisten Ranulfo Fuentes – war meine Beziehung zu der Bewegung eher peripher, da ich immer ein Einzelgängerdasein bevorzugt habe. Da ich mein musikalisches Projekt weder auf Regionen noch auf Stile beschränken wollte, nahm ich in mein Repertoire ab 1987 verschiedene Kompositionen des aus Cuzco stammenden Charango-Spielers Julio Benavente auf, einem der renommiertesten Interpreten der Musik seiner Heimatregion
Ich habe viele Jahre mit dem Gitarristen (und heutigem Musikverleger) Marino Martínez als Duo gespielt, weitere viele Jahre als Musiker mit der Sängerin Nelly Munguía, die während der achtziger Jahre den Gipfel ihrer Karriere als wahrhafte Diva der Musik aus Ayacucho erlebte.
Meine Vorliebe für traditionelle Musik hat mich nie davon abgehalten, mich mit Musikern anderer Strömungen an einen Tisch zu setzen. So hatte ich das Glück, mit dem akademischen Komponisten Arturo Ruíz del Pozo, dem peruanischen Rocker Juan Luis Pereyra (Gründer der legendären Rockgruppe „El Polen“) und mit Interpreten und Komponisten der Musik von der peruanischen Küste (música criolla) wie Chalena Vásquez zu spielen.
1994 habe ich mein erstes Soloalbum aufgenommen. Ich habe es – wie mein Instrument- „Charango“ genannt. Ich habe auch zahlreiche Aufnahmen mit verschiedenen Künstlerinnen und Künstlern wie Nelly Munguía, Julio Humala, Juana Lidia Argumedo und Marino Martínez sowie mit neuen Repräsentanten der südandinen Musik wie Qary Bastidas und Sixto und Luis Ayvar gemacht.
Ich habe sowohl in Peru als auch in Europa und Asien zahlreiche Konzerte gegeben. Zur Zeit biete ich Konzerte mit der Unterstützung anderer peruanischer Musiker, die wie ich in Deutschland leben. In diesen Aufführungen, zeige ich, abgesehen von der enormen Vielfalt der musikalischen Stile, die diversen Typen von Charangos wie auch andere populäre Saiteninstrumente des Andengebietes wie die Bandurria und die Mandoline.
Parallel zu meiner Tätigkeit als Musiker bin ich in der Forschung tätig, was mir erlaubt hat, die Musik mit einer anderen meiner Passionen zu verbinden: dem Schreiben. Als Autor habe ich 1998 in León, Spanien, den Erzählband “La agonía del condenado y otras historias de biblioteca” veröffentlicht und 2001 das Buch “Todas las voces: artículos sobre música popular”, von der Nationalbibliothek Perus herausgegeben, in dem ich unterschiedliche Artikel zu Musikkritik und andere über die Geschichte der andinen Musik zusammengestellt habe.

Inicié mi carrera musical como solista de charango en los primeros años de los ochenta. Por esos años había iniciado cursos en la Escuela de Folklore José María Arguedas de Lima, en la cual tuve la suerte de estudiar con dos maestros de la música ayacuchana, con el charanguista Jaime Guardia y con el Dr. Raúl García Zárate, sin duda, el guitarrista andino de mayor trayectoria.
Debido a una afinidad generacional y política, viví muy de cerca la experiencia de la Nueva Canción Ayacuchana, un movimiento musical no institucional que había surgido por esos años en el Perú como respuesta a los grupos que imitaban a grupos chilenos como Quillapayún o Inti Illimani. Pese a esa cercanía -sobre todo con algunos de los principales representantes de dicho movimiento como el Dúo José María Arguedas de los hermanos Walter y Julio Humala, el guitarrista ayacuchano Manuelcha Prado, la cantante Martina Portocarrero y el compositor Ranulfo Fuentes- mi relación con el movimiento fue más bien periférica pues preferí siempre mi condición insular. A partir de 1987 incluí en mi repertorio diversas composiciones del charanguista cuzqueño Julio Benavente, uno de los más destacados intérpretes de música cuzqueña, pues mi propuesta musical no quería limitarse a regiones ni a estilos.
He tocado muchos años a dúo con el guitarrista (y hoy editor musical) Marino Martínez, otros muchos como acompañante de la cantante Nelly Munguía, quien durante los años ochenta vivió el apogeo de su carrera como verdadera diva de la música ayacuchana.
Mi apego a la música tradicional jamás me impidió compartir tablas con músicos de otras corrientes y así he tenido la suerte de trabajar con el compositor academico Arturo Ruíz del Pozo, con el rockero peruano Juan Luis Pereyra (fundador del legendario grupo de Rock “El Polen”), y con intérpretes y compositores de música criolla como Chalena Vásquez.
En 1994 grabé mi primer trabajo solista. Lo llamé “Charango”, como mi instrumento. He realizado también numerosas grabaciones con diferentes artistas como Nelly Munguía, Julio Humala, Juana Lidia Argumedo y Marino Martínez, así como con nuevos representantes de la música sureña andina como Qary Bastidas, Sixto y Luis Ayvar.
He realizado numerosos conciertos tanto en el Perú como en Europa y Asia. Actualmente ofrezco conciertos musicales con el apoyo de otros músicos peruanos también radicados como yo en Alemania. En dichos conciertos, junto a la enorme diversidad de estilos, muestro los diversos tipos de charango, así como otros instrumentos de cuerda populares en el área andina como la bandurria y la mandolina.
Paralelamente a mi actividad como músico he cultivado la investigación, lo que me ha permitido unir la música a otra de mis pasiones: la escritura. Como autor he publicado en León, España, el libro de cuentos “La agonía del condenado y otras historias de biblioteca” el año 1998. Y en 2001 el libro “Todas las voces: artículos sobre música popular”, publicado por la Biblioteca Nacional del Perú, en el cual reúno diversos artículos de crítica musical y otros de historia de la música andina.
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